Las irregularidades del voto electrónico en Neuquén ponen en duda la seguridad informática

Tras las denuncias de la oposición en la provincia patagónica, surgen los interrogantes en torno al uso y eficacia de la Boleta Única Electrónica (BUE). Porqué expertos la desaconsejan y cuáles son las críticas.
El proyecto de reforma electoral que Cambiemos impulsó en 2016 para aplicar el voto electrónico finalmente fracasó y no volvió a ver luz en estos años. Pese a que Salta utilizará este mecanismo en sus comicios, su aceptación no pudo darse en todo el territorio ni mucho menos en la comunidad científica, académica y de informáticos que se pronunciaron en contra de la adopción de tecnología electrónica en la emisión del voto.
La primera prueba estuvo ayer, en la provincia de Neuquén. Autoridades de Unidad Ciudadana-Frente Neuquino (UC-FN), uno de los partidos opositores, denunciaron haber constatado “irregularidades con las máquinas de votación” del sistema de Boleta Única Electrónica (BUE).
En 2017, un informe a cargo de expertos informáticos solicitado por el Ministerio del Interior de la Nación al Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), fue contundente: “No existe evidencia en la actualidad de que sea factible utilizar un dispositivo electrónico en esta fase del proceso de votación sin comprometer requerimientos fundamentales del voto, en particular, garantizar el secreto”.
“Una definición mínima de voto electrónico implica la existencia de mecanismos informáticos en alguna instancia de la elección y la interacción de los votantes con una computadora para emitir su voto, ya sea a través de una botonera o pantalla táctil. Además, en algunos sistemas se imprime la boleta física, a modo de verificación por parte del votante, y se deposita luego en una urna física”, explicó en diálogo con POPULAR Carolina Tchintian, directora del programa de Instituciones Políticas del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec).