El miedo genuino del macrismo a perder llevó a dejar de lado los dogmas

En efecto, las medidas van a contramano de lo que en lo más alto sostuvieron desde su llegada al poder, y contradicen hasta al propio Presidente, que días atrás había insistido en que ‘este es el camino para derrotar la inflación’. No este que anunció el miércoles pasado.

La semana anterior Mauricio Macri les había planteado a los ‘sin tierra’ -dirigentes oficialistas de los distritos bonaerenses donde no gobierna Cambiemos– que ‘necesitamos persistir porque, si hacemos lo contrario, la Argentina se vuelve a caer del planeta. El mundo aprieta un botón y nos desconecta. Hoy la vinculación del país con el mundo es Cambiemos’.

Al hablar de ‘persistir’, Macri aludía al rumbo elegido por su gobierno, y al advertir sobre los riesgos de alterarlo, sugería lo que puede suceder si a partir de diciembre es otro el timonel del barco. Lo curioso es que los anuncios del miércoles representan un impasse que habrá que ver cómo es interpretado por ‘el mundo’.

Por primera vez el optimismo intrínseco del gobierno parece haber dejado lugar al temor concreto de perder. Si la advertencia es sobre lo que nos puede pasar si ellos no siguen, es porque realmente piensan que una derrota es probable. Muy probable.

El baño de realidad comenzaron a tomarlo cuando llegaron los datos del equipo de Jaime Durán Barba, que encendieron todas las luces de alarma en el seno del gobierno. Fue tal la sensación de peligro, que al decidir un acuerdo de precios -’congelamiento’, según algunos; ‘pacto de caballeros’, tal la definición de Dujovne- el Gobierno volvió sobre sus pasos hasta el inicio mismo del recorrido de Cambiemos. Sucede que ese objetivo había sido sugerido en su momento por Alfonso Prat-Gay, y desechado por el tándem Macri-Peña.

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